Un país lleno conchas de balas, de experticias impunes, de juicios postergados, de delincuentes encarcelados que entran y salen de los calabozos alegres, airosos, llenos de sangre ajena. Venezuela es este país donde vivo, donde le quitan la vida a cualquiera, donde un charco de sangre se ha convertido en agua empozada. Es común. Si nos asombramos es porque todavía nos duelen las pérdidas, esas que hieren el alma y que son irreparables.
La vida no vale tanto como cuesta un paquete de harina. Criar a nuestros hijos, sobrinos y nietos es sinónimo de sobreprotección, de reducción de la libertad plena. Venezuela, país de lleno de miedo, de gente que atraviesa Caracas y llega a la Guaira. El país se nos va, las balas nos están echando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta esta entrada. Artículo 57 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.